http://www.prensalibre.com.gt/pl/2008/agosto/01/254092.html
Cada cierto tiempo en Guatemala, el gobierno de turno se saca de la manga una propuesta de reforma fiscal buscando agenciarse más fondos para gastar.
Cada vez que eso sucede, en esta columna se les pregunta y objeta las mismas cosas: ¿por qué, para qué y cómo se supervisará el uso de los fondos existentes y extras que quieren agenciarse?
Este Gobierno ha vuelto a poner sobre la mesa una propuesta fiscal, en un marco económico mundial adverso, y el argumento favorito que comienzan a usar es “así se alcanzan las metas de los acuerdos de paz”.
Pareciese que el objetivo es cobrar los impuestos para “alcanzar la meta” (cuestión de forma básica), y se evita la discusión de fondo. ¿Para qué más impuestos, cómo van a gastarse y supervisarse el uso de los mismos? ¿Por qué no se revisan, primero, los privilegios fiscales existentes, eliminándolos y estableciendo un impuesto igual —flat tax— para todos?
De la evasión fiscal existente, ¿por qué no se combate, en primer término, estableciendo impuestos bajos, fáciles de cobrar y sentencias duras a los evasores? Esas son las discusiones de fondo, y no el sacar el típico argumento: “Hay que alcanzar la meta de impuestos en relación con Producto Interno Bruto”.
La única cosa rescatable del Ministerio de Finanzas de este gobierno es la revisión de los subsidios existentes, que recién han publicado, puesto que han descubierto el agua azucarada: el dar subsidios por darlos no funciona y crea “garrapatas” (entidades o sectores que viven de los subsidios del Gobierno), sin que se resuelva el problema que utilizaron como argumento para que les diesen el subsidio inicialmente.
Por revisar en que se gastan la plata y reducir gastos superfluos es por donde debe de comenzar la reforma fiscal. Reformen la forma en que se gastan nuestro dinero, ¡eso es reforma fiscal!
Por cierto, paralelo a la época en que proponen una reforma fiscal, usualmente comienzan a traer representantes de distintos organismos internacionales, que dicen que “es un desastre la educación, salud, etc”, “tienen que invertir más”; lo simpático es que no dicen al mismo tiempo “ establecer parámetros de supervisión para evitar el mal uso de los impuestos”.
Me causa gracia esa estrategia tan burda, intentando crear un complejo de “culpa” dentro de las personas, para justificar su intención de cobrarnos más impuestos y tener más dinero para gastárselo en saber qué. Señores, los habitantes de Guatemala con menos de 40 años (la mayoría) absolutamente ¡no somos responsables! de que Guatemala no salga del subdesarrollo, así que dejen de intentar de manipularnos para sacarnos más dinero del bolsillo, con la “enésima reforma fiscal”.
Los responsables del subdesarrollo guatemalteco son los sectores de siempre, que en los últimos 20 años de democracia no han entendido que la función primaria del Gobierno es proveer salud, seguridad y educación.
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